viernes, 17 de agosto de 2012

Trastorno de personalidad múltiple.


A mi otra yo le gustan las ciudades desconocidas.
Le gusta caminar de la mano y hacer equilibrio
en los cordones de las veredas.
A tu otro tú, le gusta decirme
“esos ojitos, hermosos”
y acompañarme hasta el principio de la terminal.
A ellos dos les gusta seducir a los gatos
con un silbido quebrado,
(les encanta la palabra quiebre)
Ellos son novios de una noche,
más por las comodidades,
que por los encantos.
(Pero eso es algo que tu propio tú ya sabe)
Y entre los cuatro vamos por ahí,
diseñando situaciones,
jugando a ser arquitectos
de nuestros peores errores.
[Ahora freno la poesía y voy a llamarte]
Ni vos, ni tu otro tú,
son capaces de decirme nada,
cuando ando perdida en la ciudad conocida,
y me caigo,
y me parto las costillas intentando descifrarte.
Y se me caen las lágrimas, por estúpida.
Y me sangra la piel, por enamorada.
Y te perdí otra noche más, por ilusa.
Como despertarme odiando, si el cuerpo
que duerme junto al mío es el tuyo?
Si me preparas un té, mitad azúcar, mitad amor.
No voy a volver a pisar ciudades ajenas.
No voy a volver a pisar, tú cama, que fue siempre nuestra.
(no vas a olvidar)
Mi cama, que fue siempre mía.
Que está
siempre
muerta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario