Un
cuaderno apurado que me lee en voz baja mi último relato de mujeres.
Un café
diabético, que echa humo por las orejas, apuñalado por la cuchara.
Un
teléfono en silencio, calculando los minutos que faltan, para que salga el sol.
Una
camisa a cuadros que el pasado se olvidó sobre mi cama.
Una
canción que tararea tu nombre y me asesina.
/suele ser duro aprender/.
Un sobre
de papel madera.
Una foto
impresa de mis pies en toda tu eternidad.
Un
pañuelo color atrasado que compre por veinte pesos para esconderme.
Un libro
de Borges que robé de la biblioteca para llenarte los pulmones.
Un
cigarrillo fumado a medias (con nadie) a punto de morir enemistado con el
cenicero.
/Donde estemos juntos será nuestro
hogar/
Una imagen
en la retina. El recuerdo, del recuerdo, del recuerdo de tú comida en lata,
de una
cebolla mal cortada, a punto de llorar.
Un vaso
roto y astillado en las palmas de mis manos. (Sangran y duelen amor, sangran y
mueren)
Dos
pasajes de ida en la boletería 29, a las nueve de la mañana.
Un
cuaderno rojosangre que se exilió de mi cuarto, y se mudó al barrio donde nos
gusta sentarnos a fumar.
Una
cerveza helada que vomita restos de piel humana. Que nos lame las lenguas.
Una gata
en el bar que nos invita a dormir con una de sus mozas.
Un
insomnio imposible relleno de los medicamentos que receta la conciencia, de
pastillas rosa-chicle que se nos caen de la boca.
Un pacto
sellado a la orilla de un puente-testigo.
Un viaje
a Madrid en la cuenta de sueños por romper.
Un beso
silencioso de último momento, atropellado por un colectivo de eterna distancia.
Una luna
que se estira como gata.
Una
siesta abrazado a mis piernas (y las cicatrices que siguieron).
Una
grulla de papel que cazaste con tus dedos llenos de pólvora.
Una
palabra. Quiebre.
/Descubrimos como eran las cosas/
Un amor
de verano improbable.
Un
invierno helado/infinito/precioso en las venas.
Una
serpiente color roja, de ojos verdes y veneno impronunciable.
Una
terminal que llora lagrimas de leche tibia y miel.
Un
colchón desnudo, repleto de almas.
Una
colección de caricias encerradas entre las calles y la luz, siempre encendida.
Un cuerpo
reducido.
Una
existencia incompleta.
Un amor
siempre tarde.
Una mujer
a medias.
Un poema
infinito.
Un inventario.
/mi parte insegura/
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